En un comunicado de fin de año, el grupo manifestó sus condolencias a los deudos de San Martín Texmelucan y a la activista Marisela Escobedo
Alejandro Jiménez
El Universal
El Ejército Popular Revolucionario (EPR) envió esta tarde su más sentido pésame a los deudos de la activista juarense Marisela Escobedo y a los de San Martín Texmelucan tras las explosiones de un ducto de Pemex, en un comunicado de fin de año.
En el texto, calificó al 2010 como un año en el que "el sistema dominante no cuenta ni un segundo de descanso para: asesinar, robar, encarcelar, desaparecer como a nuestros compañeros Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez y muchos más..."
En un inusualmente texto autocrítico, el EPR ventila algunos errores internos, como generar relaciones clientelares con base en sus recursos económicos, tener militantes apartados de los principios que dieron origen a su lucha y mantener resabios de quienes pretenden mantener una mala actitud ante la vida y se resisten a cumplir las tareas que sin imposición se les dan.
"El dinero se empezó a repartir sin ton ni son, lo que ocasionó que algunos militantes se perdieran caricaturescamente en la comodidad pequeño burguesa, por imitación y falta de formación o consolidación ideológica"
Reconocen que hubo militantes que no llevaron una vida regida por principios revolucionarios, lo que provocó su deserción o renuncia cuando no aceptaron ser fiscalizados.
Habla de que algunos de ellos incluso se llevaron dinero que era para tareas revolucionarias, pero "nosotros hemos avanzado mucho más en lo político y militar que usando dinero para conseguir clientela".
Finaliza su texto con lo que llama "un saludo fraterno" a quienes sin ser parte de nuestro partido se han comprometido a darnos la mano a pesar de los riesgos que corren, a los medios honestos que nos han permitido hacernos visibles y a todo nuestro pueblo les deseamos la unidad y la reflexión para este año venidero.
En el texto no habla de romper la tregua unilateral que mantiene en lo que se busca a sus compañeros militantes desaparecidos en 2007, ni anticipa acciones armadas, ni habla de casos como el del secuestro de Diego Fernández de Cevallos.
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